¿Los escritories Jorge Luis Borges y Umberto Eco, son los fundadores de una nueva disciplina, la Paleobibliotecografía?
¿Los escritores Jorge Luis Borges y Umberto Eco, son los fundadores de una nueva disciplina, la Paleobibliotecografía?
Michael Lapidge ha sido profesor de anglosajón en la University of Cambridge (1991-1998)
http://www.cam.ac.uk/
profesor de inglés en la University of Notre Dame (1999-2004)
http://www.nd.edu/
y actualmente es profesor emérito en el Clare College, Cambridge
http://www.clare.cam.ac.uk/
Ha escrito extensamente sobre la literatura de los anglosajones (tanto en inglés antiguo como en latín).
Su libro más reciente es “El Culto de San Swithun” (OUP, 2003)
Es miembro de la British Academy
http://www.britac.ac.uk/
y de la Bayerische Akademie der Wissenschaften
http://www.badw.de/
y de la Accademia dei Lincei (Rome).
http://www.lincei.it/
En esta oportunidad, presentaré un libro fabuloso, escrito por Michael, imperdible por las inmensas satisfacciones que brinda a quienes amamos a los libros antiguos y los viajes a través de los pasillos desconocidos de las grandes bibliotecas perdidas, esas que sólo podemos visitar con la imaginación:
The Anglo-Saxon Library, de Michael Lapidge, ISBN-10 0-19-925722-7 , 978-0-19-926722-4 , ISBN-13 9780199267224 (Oxford University Press, 2006), hardback, 407 páginas.
http://www.oup.co.uk/
Su contenido es el siguiente:
Introducción
Bibliotecas desaparecidas de la Antigüedad Clásica
Bibliotecas desaparecidas de la Inglaterra Anglosajona
Reconstruyendo las bibliotecas anglosajonas (I):
La evidencia de los inventarios
Reconstruyendo las bibliotecas anglosajonas (II):
La evidencia de los manuscritos
Reconstruyendo las bibliotecas anglosajonas (III):
La evidencia de las citas
Conclusiones
Apéndices
Seis inventarios de libros latinos de librerías anglosajonas.
Inventarios de libros latinos del siglo octavo del área de misiones anglosajonas en Alemania.
Manuscritos sobrevivientes del siglo octavo del área de misiones anglosajonas en Alemania.
Manuscritos del siglo noveno de orígen continental de procedencia inglesa previa a la conquista.
Libros latinos citados por los principales autores anglosajones.
Catálogo de autores y trabajos clásicos y patrísticos compuestos antes del 700 de nuestra era y conocidos en la Inglaterra anglosajona.
Una extensa bibliografía, un índice de manuscritos y un excelente índice general en el que se destacan las entradas correspondientes Agustín, Beda, Casiodoro, Dionisio, Eusebio de Cesárea, Gregorio I, e Isidoro de Sevilla, entre cientos de temas interesantísimos, fundamentales para los interesados en la historia medieval.
Este es un libro memorable para quienes practicamos el análisis de contenido como un hábito.
En la página 93 nos habla de las “citas”.
“Los escritos de Aldhelm nos proveen una útil introducción al problema ya que ha tenido acceso a una gran biblioteca dada la gran cantidad de citas en sus escritos, que Rudolf Ehwald – su gran editor – ,compiló como Index complementario de los mismos. En su tratado De metris, Aldhelm
http://www.britannia.com/bios/saints/aldhelm.html
citó dos líneas de la tragedia de Séneca, Agamemnon (líneas 729, 787).
http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%A9neca
Aldhelm prologa estas citas con la afirmación ‘ut Lucius Annaeus Seneca in sexto uolumine’, que es lo mismo que decir ‘Séneca, en el sexto rollo’, donde uolumine se refiere, evidentemente, a un rollo de papiro. ¿Ha realmente tenido Aldhelm acceso a los rollos de papiro de la Tragoediae de Séneca? El papiro fue ciertamente usado para documentos durante la temprana edad media, por sobre todo por la cancillería papal, pero también por cartas privadas en Italia y en la Galia Merovingia. Pocos manuscritos en papiro sobreviven de la última etapa de la antigüedad y de la temprana edad media. Sin embargo, esos libros son invariablemente códices, no rollos. En todo caso, dada las características del clima inglés es improbable que los libros en papiro, tanto en la forma de rollos o de codices pudieran sobrevivir por mucho tiempo.
¿Leyó o no Aldhelm personalmente el Agamemnon de Séneca?
Bueno, para eso querido lector, hay que leer el libro directamente y no guiarse por las citas de otro,
En la Introducción, Michael Lapidge señala que todo el conocimiento humano puede ser contenido y representado en una sola biblioteca, una vasta biblioteca. Para afirmar su presunción cita unas líneas de Jorge Luis Borges y describe la biblioteca que el autor argentino menciona en su “La Biblioteca de Babel” (1941). Esta concepción de una biblioteca laberíntica que contiene todos los libros existentes – y con ellos la suma total del conocimiento humano – adquiere máxima expresión en El Nombre de la Rosa de Umberto Eco.
http://www.booksfactory.com/writers/eco_es.htm
Para Lapidge la influencia de Borges sobre Eco y su famosa obra es incuestionable y para comprobarlo nos remite a las páginas 27 y 28 de este volumen insuperable.
Para reafirmar sus dichos describe como gracias al poder imaginativo de la novela de Eco, especialmente su vasta y ficcional biblioteca, durante los últimos veinticinco años ha surgido un renovado entusiasmo por el estudio de las ancianas – pero perdidas – bibliotecas y que como hay tanto publicado sobre el tema que muy bien puede hablarse de un nuevo campo de estudios que muy bien puede llamarse “paleobibliotecografía”.
En todo caso, bien podría ser esta hipótesis cierta.
En El Nombre de la Rosa – obra publicada en 1980 – el nombre del bibliotecario asesino es Jorge , el mismo nombre de pila que el enceguecido escritor argentino.
Indudablemente, el perfil elitista y macabro de ese homicida serial, oculto entre las sombras de ese vasto saber que supone debe estar alejado de los demás seres humanos, condice perfectamente con el perfil ideológico del argentino: Nunca se tomó la molestia de comprender al pueblo argentino y siempre se declaró profundamente anti-peronista y cuando menos – si bien apoyó todos los intentos por hacer desaparecer a los peronistas de la faz de la tierra – los llamó incorregibles en el sentido de ser totalmente irrecuperables.
Leyendo estas páginas no pude menos que sonreír pues he comprobado que este escritor (Lapidge) comete una injusticia al no citar a un antecedente literario en el cual, seguramente, se basaron tanto Borges como Eco:
“Sus inmensas bibliotecas conservaban innumerables textos y grabados que resumían toda la historia de la Tierra. En ellos se describía cada una de las especies que existieron o que llegarían a existir, con especial referencia a sus artes, sus realizaciones, sus lenguas y su psicología”.
¿Quién dijo esto?
El gran escritor de Providence, H. P. Lovecraft,
http://www.hplovecraft.com/
en su magnífico relato, “En la Noche de los Tiempos”, donde nos relata las peripecias de un sabio que ha sido raptado por seres extraños (la Gran Raza...¿Borges no se consideraba al igual que el Jorge de Eco, una raza superior? ) y que durante su cautiverio sirve a los intereses de esos no humanos que quieren dominar a los mundos a través del tiempo.
En fin, el sueño de todo bibliotecario gorila.
Pero así como “a todo chancho le llega su San Martín” como asegura el refrán, a los anglosajones les llegó Guillermo el Conquistador – al que llamaban despectivamente “el bastardo” – con sus mastines de guerra y a los gorilas argentinos, el peronismo y sus libros abiertos en todas las páginas para quienes quisieran leerlos.
Guillermo Compte Cathcart
Michael Lapidge ha sido profesor de anglosajón en la University of Cambridge (1991-1998)
http://www.cam.ac.uk/
profesor de inglés en la University of Notre Dame (1999-2004)
http://www.nd.edu/
y actualmente es profesor emérito en el Clare College, Cambridge
http://www.clare.cam.ac.uk/
Ha escrito extensamente sobre la literatura de los anglosajones (tanto en inglés antiguo como en latín).
Su libro más reciente es “El Culto de San Swithun” (OUP, 2003)
Es miembro de la British Academy
http://www.britac.ac.uk/
y de la Bayerische Akademie der Wissenschaften
http://www.badw.de/
y de la Accademia dei Lincei (Rome).
http://www.lincei.it/
En esta oportunidad, presentaré un libro fabuloso, escrito por Michael, imperdible por las inmensas satisfacciones que brinda a quienes amamos a los libros antiguos y los viajes a través de los pasillos desconocidos de las grandes bibliotecas perdidas, esas que sólo podemos visitar con la imaginación:
The Anglo-Saxon Library, de Michael Lapidge, ISBN-10 0-19-925722-7 , 978-0-19-926722-4 , ISBN-13 9780199267224 (Oxford University Press, 2006), hardback, 407 páginas.
http://www.oup.co.uk/
Su contenido es el siguiente:
Introducción
Bibliotecas desaparecidas de la Antigüedad Clásica
Bibliotecas desaparecidas de la Inglaterra Anglosajona
Reconstruyendo las bibliotecas anglosajonas (I):
La evidencia de los inventarios
Reconstruyendo las bibliotecas anglosajonas (II):
La evidencia de los manuscritos
Reconstruyendo las bibliotecas anglosajonas (III):
La evidencia de las citas
Conclusiones
Apéndices
Seis inventarios de libros latinos de librerías anglosajonas.
Inventarios de libros latinos del siglo octavo del área de misiones anglosajonas en Alemania.
Manuscritos sobrevivientes del siglo octavo del área de misiones anglosajonas en Alemania.
Manuscritos del siglo noveno de orígen continental de procedencia inglesa previa a la conquista.
Libros latinos citados por los principales autores anglosajones.
Catálogo de autores y trabajos clásicos y patrísticos compuestos antes del 700 de nuestra era y conocidos en la Inglaterra anglosajona.
Una extensa bibliografía, un índice de manuscritos y un excelente índice general en el que se destacan las entradas correspondientes Agustín, Beda, Casiodoro, Dionisio, Eusebio de Cesárea, Gregorio I, e Isidoro de Sevilla, entre cientos de temas interesantísimos, fundamentales para los interesados en la historia medieval.
Este es un libro memorable para quienes practicamos el análisis de contenido como un hábito.
En la página 93 nos habla de las “citas”.
“Los escritos de Aldhelm nos proveen una útil introducción al problema ya que ha tenido acceso a una gran biblioteca dada la gran cantidad de citas en sus escritos, que Rudolf Ehwald – su gran editor – ,compiló como Index complementario de los mismos. En su tratado De metris, Aldhelm
http://www.britannia.com/bios/saints/aldhelm.html
citó dos líneas de la tragedia de Séneca, Agamemnon (líneas 729, 787).
http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%A9neca
Aldhelm prologa estas citas con la afirmación ‘ut Lucius Annaeus Seneca in sexto uolumine’, que es lo mismo que decir ‘Séneca, en el sexto rollo’, donde uolumine se refiere, evidentemente, a un rollo de papiro. ¿Ha realmente tenido Aldhelm acceso a los rollos de papiro de la Tragoediae de Séneca? El papiro fue ciertamente usado para documentos durante la temprana edad media, por sobre todo por la cancillería papal, pero también por cartas privadas en Italia y en la Galia Merovingia. Pocos manuscritos en papiro sobreviven de la última etapa de la antigüedad y de la temprana edad media. Sin embargo, esos libros son invariablemente códices, no rollos. En todo caso, dada las características del clima inglés es improbable que los libros en papiro, tanto en la forma de rollos o de codices pudieran sobrevivir por mucho tiempo.
¿Leyó o no Aldhelm personalmente el Agamemnon de Séneca?
Bueno, para eso querido lector, hay que leer el libro directamente y no guiarse por las citas de otro,
En la Introducción, Michael Lapidge señala que todo el conocimiento humano puede ser contenido y representado en una sola biblioteca, una vasta biblioteca. Para afirmar su presunción cita unas líneas de Jorge Luis Borges y describe la biblioteca que el autor argentino menciona en su “La Biblioteca de Babel” (1941). Esta concepción de una biblioteca laberíntica que contiene todos los libros existentes – y con ellos la suma total del conocimiento humano – adquiere máxima expresión en El Nombre de la Rosa de Umberto Eco.
http://www.booksfactory.com/writers/eco_es.htm
Para Lapidge la influencia de Borges sobre Eco y su famosa obra es incuestionable y para comprobarlo nos remite a las páginas 27 y 28 de este volumen insuperable.
Para reafirmar sus dichos describe como gracias al poder imaginativo de la novela de Eco, especialmente su vasta y ficcional biblioteca, durante los últimos veinticinco años ha surgido un renovado entusiasmo por el estudio de las ancianas – pero perdidas – bibliotecas y que como hay tanto publicado sobre el tema que muy bien puede hablarse de un nuevo campo de estudios que muy bien puede llamarse “paleobibliotecografía”.
En todo caso, bien podría ser esta hipótesis cierta.
En El Nombre de la Rosa – obra publicada en 1980 – el nombre del bibliotecario asesino es Jorge , el mismo nombre de pila que el enceguecido escritor argentino.
Indudablemente, el perfil elitista y macabro de ese homicida serial, oculto entre las sombras de ese vasto saber que supone debe estar alejado de los demás seres humanos, condice perfectamente con el perfil ideológico del argentino: Nunca se tomó la molestia de comprender al pueblo argentino y siempre se declaró profundamente anti-peronista y cuando menos – si bien apoyó todos los intentos por hacer desaparecer a los peronistas de la faz de la tierra – los llamó incorregibles en el sentido de ser totalmente irrecuperables.
Leyendo estas páginas no pude menos que sonreír pues he comprobado que este escritor (Lapidge) comete una injusticia al no citar a un antecedente literario en el cual, seguramente, se basaron tanto Borges como Eco:
“Sus inmensas bibliotecas conservaban innumerables textos y grabados que resumían toda la historia de la Tierra. En ellos se describía cada una de las especies que existieron o que llegarían a existir, con especial referencia a sus artes, sus realizaciones, sus lenguas y su psicología”.
¿Quién dijo esto?
El gran escritor de Providence, H. P. Lovecraft,
http://www.hplovecraft.com/
en su magnífico relato, “En la Noche de los Tiempos”, donde nos relata las peripecias de un sabio que ha sido raptado por seres extraños (la Gran Raza...¿Borges no se consideraba al igual que el Jorge de Eco, una raza superior? ) y que durante su cautiverio sirve a los intereses de esos no humanos que quieren dominar a los mundos a través del tiempo.
En fin, el sueño de todo bibliotecario gorila.
Pero así como “a todo chancho le llega su San Martín” como asegura el refrán, a los anglosajones les llegó Guillermo el Conquistador – al que llamaban despectivamente “el bastardo” – con sus mastines de guerra y a los gorilas argentinos, el peronismo y sus libros abiertos en todas las páginas para quienes quisieran leerlos.
Guillermo Compte Cathcart
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