Comiendo con el Imperio
Margaret Strobel es Profesora de Historia y de Estudios de la Mujer en la University of Illinois, en Chicago. Ha ganado el premio Herskovits por su libro "Muslim Women in Mombasa, 1890-1975" y ha escrito un excelente libro: "European Women and the Second British Empire", ISBN 0-253-20631-6, (Indiana University Press, 1991), www.indiana.edu/-iupress
El Contenido de este atrayente trabajo es el siguiente: Introducción; Sexualidad y Sociedad: El Mito de la Mujer Destructiva; Hogar y Trabajo;Información y Mediadores Políticos: Viajeros, Escritores, Investigadores y Administradores; Misioneros, Reformadores, y el status de las mujeresindígenas, y Conclusión.
El Capítulo III comienza con un párrafo extraordinario que nos ilustra sobre el valor agregado que hace de una determinada "organización socio-cultural" un imperio: "El control de la información es uno de los aspectos del imperialismo: el colonizador recolecta información sobre el colonizado; raramente tiene este el poder y los recursos para controlar el flujo de lainformación o el contexto en el cual se usa. Las mujeres europeas recolectan y distribuyen información sobre el mundo colonial para lectores en el lejano hogar. En algunos casos, estos reportes buscan crearun clima favorable para la expansión imperial, o llamar la atención pública sobre los pretendidos abusos de los indígenas o los oficiales colonialeseuropeos. Como la política colonial debía necesariamente tener una gran intervención en los asuntos locales, las administraciones necesitabaninformación científica que guiara sus políticas.
Veena Das - siguiendo a Foucault, en "Gender Studies, Cross-Cultural Comparison and the Colonial Organization of Knowledge", Berkshire Review, n° 58 (1986), pp. 58-76 - describe esta nueva forma de conocimiento: 'el conocimiento administrativo, el cual no tiene el objetivo de solucionar los derechos del pueblo, o la naturaleza de las leyes divinas o humanas, sino al Estado en sí mismo.Una completa batería de métodos empíricos generan el avance de tal conocimiento, y la historia, la geografía, el clima, y la demografía llegan a ser no solamente curiosidad sino elementos necesarios en el nuevo complejo de conocimiento y poder'. En estos varios modos, losescritores europeos intermediaron entre la visión popular europea de los pueblos indígenas y la oficial.
Aquellos colonizadores que vivían entre los colonizados difundieron conocimiento en el sentido inverso: se convirtieron en una fuente de información sobre la cultura y la sociedad europea."
En la Conclusión, la autora nos brinda una reseña fabulosa de los temas desarrollados a lo largo de la imperdibles 109 páginas de este digno exponente de la Indiana University Press - de la cual presentamos enRadio Gutenberg varios libros - y nos obliga a buscar las novedades que publicarán durante el año 2005.
Explica Margaret Strobel que el grupo de mujeres europeas presentadas en el transcurso del libro, no habrían podido compartir jamás una mesa, porque sus diferencias eran profundas: su clase social, sus oportunidades económicas y los muy diferentes parámetros de sus experiencias vitales.
Su opinión sobre el imperio, las facciones políticas, sus niveles de conocimiento sobre el feminismo o los pueblos indígenas y las restricciones emanadas de los distintos trabajos de sus esposos, administradorescoloniales, militares, granjeros, comerciantes, investigadores, escritores o agentes imperiales solo tenían en común la hegemonía económica, política e ideológica europea sobre el Tercer Mundo.
Es decir, que entre los imperialistas también había Amos y Esclavos, los de Arriba y los de Abajo.
Los colonizados interesados en llevar al teatro tal reunión, deberían leer esta Conclusión.
En apenas tres páginas magistrales tenemos un punto de partida para una magnífica experiencia teatral para representar en los colegios primarios, secundarios y universitarios de todas y cada una de las colonias queinsisten en pensarse a sí mismas como liberadas del yugo imperial y se dan el lujo de vestir a sus hijas de los barrios pobres con uniformes escoceses sin percatarse de aquello de la dependencia cultural.
Nunca querrán aceptar - y por eso nunca comprenderán - que no se puede comer con el Imperio, sólo se lo puede servir cuando los comensales hagan sonar su campanilla y los sirvientes - ceremoniosamente y debidamenteinclinados - sin derramar una gota y haciendo equilibrio como un monito amaestrado, sirvan el licor para acompañar el café.
Guilllermo Compte Cathcart
El Contenido de este atrayente trabajo es el siguiente: Introducción; Sexualidad y Sociedad: El Mito de la Mujer Destructiva; Hogar y Trabajo;Información y Mediadores Políticos: Viajeros, Escritores, Investigadores y Administradores; Misioneros, Reformadores, y el status de las mujeresindígenas, y Conclusión.
El Capítulo III comienza con un párrafo extraordinario que nos ilustra sobre el valor agregado que hace de una determinada "organización socio-cultural" un imperio: "El control de la información es uno de los aspectos del imperialismo: el colonizador recolecta información sobre el colonizado; raramente tiene este el poder y los recursos para controlar el flujo de lainformación o el contexto en el cual se usa. Las mujeres europeas recolectan y distribuyen información sobre el mundo colonial para lectores en el lejano hogar. En algunos casos, estos reportes buscan crearun clima favorable para la expansión imperial, o llamar la atención pública sobre los pretendidos abusos de los indígenas o los oficiales colonialeseuropeos. Como la política colonial debía necesariamente tener una gran intervención en los asuntos locales, las administraciones necesitabaninformación científica que guiara sus políticas.
Veena Das - siguiendo a Foucault, en "Gender Studies, Cross-Cultural Comparison and the Colonial Organization of Knowledge", Berkshire Review, n° 58 (1986), pp. 58-76 - describe esta nueva forma de conocimiento: 'el conocimiento administrativo, el cual no tiene el objetivo de solucionar los derechos del pueblo, o la naturaleza de las leyes divinas o humanas, sino al Estado en sí mismo.Una completa batería de métodos empíricos generan el avance de tal conocimiento, y la historia, la geografía, el clima, y la demografía llegan a ser no solamente curiosidad sino elementos necesarios en el nuevo complejo de conocimiento y poder'. En estos varios modos, losescritores europeos intermediaron entre la visión popular europea de los pueblos indígenas y la oficial.
Aquellos colonizadores que vivían entre los colonizados difundieron conocimiento en el sentido inverso: se convirtieron en una fuente de información sobre la cultura y la sociedad europea."
En la Conclusión, la autora nos brinda una reseña fabulosa de los temas desarrollados a lo largo de la imperdibles 109 páginas de este digno exponente de la Indiana University Press - de la cual presentamos enRadio Gutenberg varios libros - y nos obliga a buscar las novedades que publicarán durante el año 2005.
Explica Margaret Strobel que el grupo de mujeres europeas presentadas en el transcurso del libro, no habrían podido compartir jamás una mesa, porque sus diferencias eran profundas: su clase social, sus oportunidades económicas y los muy diferentes parámetros de sus experiencias vitales.
Su opinión sobre el imperio, las facciones políticas, sus niveles de conocimiento sobre el feminismo o los pueblos indígenas y las restricciones emanadas de los distintos trabajos de sus esposos, administradorescoloniales, militares, granjeros, comerciantes, investigadores, escritores o agentes imperiales solo tenían en común la hegemonía económica, política e ideológica europea sobre el Tercer Mundo.
Es decir, que entre los imperialistas también había Amos y Esclavos, los de Arriba y los de Abajo.
Los colonizados interesados en llevar al teatro tal reunión, deberían leer esta Conclusión.
En apenas tres páginas magistrales tenemos un punto de partida para una magnífica experiencia teatral para representar en los colegios primarios, secundarios y universitarios de todas y cada una de las colonias queinsisten en pensarse a sí mismas como liberadas del yugo imperial y se dan el lujo de vestir a sus hijas de los barrios pobres con uniformes escoceses sin percatarse de aquello de la dependencia cultural.
Nunca querrán aceptar - y por eso nunca comprenderán - que no se puede comer con el Imperio, sólo se lo puede servir cuando los comensales hagan sonar su campanilla y los sirvientes - ceremoniosamente y debidamenteinclinados - sin derramar una gota y haciendo equilibrio como un monito amaestrado, sirvan el licor para acompañar el café.
Guilllermo Compte Cathcart
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